24 de marzo de 2010

Mi realidad.






Es la que voy creando día con día inspirada por mi Ser. Motivada por el amor que aprendí a sentir por mi y por cada una de mis decisiones y por las personas que son compañeros de vida. Del respeto podría decir que experimente la falta del mismo y de manera dramática me convertía en un manojo de angustias y el siguiente paso agresión y una postura a la defensiva. Así era la realidad que pretendí un día cambiar. Y hoy se que mas alla de ello se transforma en base al conocimiento adquirido en la travesía por este mundo material. Bajar los hombros y levantar la mirada y darme cuenta que era cierto lo que leí una ocasión en un libro "Con la única persona con la que estaré hasta el día que parta de este mundo. Con la única con la que cuento para todo y a la cual puedo darle todo lo que quiera. Y sobre todo amar, era yo y nadie mas que yo.

La forma en que aprendí a tener aprecio por mi persona se dio manera lenta durante un tiempo. Llego el momento en que dije basta! Jamas me arrepentiré de ese exabrupto (sonrío) precisamente es lo que requería decir! Basta de pretender cambiar la realidad de los demás mientras temía ver la mía.  La llave maestra de la que el Ser-Humano requiere para virar su rumbo y porque no, elegir otra barca. Lanzarse a la mar y nadar a la orilla. Tomar un tiempo para elegir otra con la convicción que da la vida que late dentro de uno. Ir tras ese horizonte donde las promesas dejan de serlo y las respuestas que en momentos son duros cuestionamientos, se obtienen de la verdad que nace del corazón.

Mi realidad brilla porque la observo y me tomo un tiempo para escuchar ese hermoso lenguaje del Universo que en su maravillosa manifestación de vida en la Madre Tierra, nos llama a tocarla para sentir su generosidad. La misma que pide ser sembrada con una conciencia desnuda de razones que nacen de una mente frustrada. De una concepción de la vida que surge del ego refugiado en la mente fragmentando nuestra totalidad.

Dije basta a las obligaciones y deberes surgidos de la mente. Basta de creer en una realidad colectiva que destruye lo mas elemental de un ser humano; su identidad como persona. Que decir del impulso que el ser nos brinda en todo momento. Sentir y hacer es crear una realidad ligada a nuestra verdad, la que sea, si esta nos brinda la serenidad para agradecer día con día.  El punto justo del  conocimiento somos nosotros y asumiendo la responsabilidad de nuestra vida, nos transforma en Seres-humanos libres.




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