7 de abril de 2010

Nostálgica despedida y la Fe aviva el alma!

Lejano quedo el día en que tu sonrisa me invito a ser tu compañera de vida; nueve meses antes tu vida latía dentro de mis entrañas. Las despedidas duelen porque entiendo que te amo y que en ti existen todas las respuesta que hoy quizás abruman un poco tu alma. Los recuerdos del ayer son vida hoy en ti, hijo. El que se anuncio en medio de un ciclo de mi vida del cual poco comprendía. Podría decir que era joven y la pregunta seria "Cuantos años mas para decirte aquí estoy y sigue contando conmigo".

El Horizonte que hoy nos espera esta colmado de sembradíos antiguos y de flores que surgen de la nada aparente ante los ojos; si la madre tierra engendra vida a cada segundo. Las montañas del camino que recorreremos juntos, que son como elefantes hachados rozados de cielos, serán quienes nos guíen al sitio que del nombre bien a ti y a mi, se nos ha revelado; después de un tiempo donde parimos el dolor del termino de un ciclo. Juntos y separados aprendimos a ver las señales del universo, hijo.

Se algo de tu nostalgia ante la partida, hijo, sin embargo debo recordarte que aquí quedan tus huellas en las calles que anduviste cuando jugaste a ser grande y parado en la cerca del colegio, con un pie levantado tu mente se iba en la conciencia de tu espíritu y cuando te pregunte un día que te vi, en que pensabas me respondiste; observo a los demás niños y siento tristeza. Tus huellas bien que te recuerdan ahora que eres un hombre, las pisas y se bien que sienten el paso de los años desde de aquel ayer en que jugabas a ser grande y se bien ahora que tu Espíritu en alma de hombre va hacia ese horizonte donde te espera el mismo cielo, el mismo  viento; que ahora se lleva mi lagrima, la misma luna que ampara las almas cuando el hombre duerme.

La nostalgia de dejar tu mar donde un día corriste para alcanzarme en mi caminata de esos días de verano, para decirme que tu mentor había partido.  Hoy he vuelto a conversar con Mrs. Lee tu mentor  en la preparatoria como ese dia, cuando le pedí en plegaria que fuera tu guía, tu ángel y me respondió el día que te acompañe a tu primer empleo, cuando vi tu sonrisa nerviosa en el inicio en ese entonces de un nuevo ciclo en tu vida.

Estamos listo para emprender la partida y quiero agradecer al universo la maravillosa experiencia que nos  espera y a mi regreso te traeré dentro de mi corazón e iré al mar a agradecer que seguirás sonriendo en la distancia cubierto de cielos y de esperanza y ante todo cubierto por tu Espiritu hijo mío.


3 comentarios:

  1. Excelente tu blog lleno de sensibilidad y reflexión.
    Nostalgíca esta entrada en relación al paso del tiempo y la partida de nuestro lado de nuestros hijos.
    El tiempo pasa aveces demasido rapido.
    Saludos

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  2. Dios nos mueve hacia donde debemos estar, a veces se cierran puertas para asi tener que movernos de donde nos encontramos comodos, y eso es la maravilla de contar un ser supremo que busca lo mejor para nosotros, seguro estoy que tu hijo encontrara cielos y mares mas azules al lugar que se dirige, cosechas mas abundantes levantara, de esas cosechas que alcanzan para saciar su espiritu y el espiritu de los que lo rodean.
    Un abrazo

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  3. me llego hasta las lagrimas hoy que mis hijos no están...saludos No lo se de Enrique Muñoz

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